Hace tan sólo dos semanas, me mudé por primera vez en mis 23 años de vida. Un cambio bastante radical pero necesario, podríamos decir.
Las incertidumbres fueron muchas, como lo dije en mi post anterior, pero las ganas de independizarme y lograr una meta que tenía hace mucho fueron más fuertes.
Hoy, ya conviviendo con mi pareja y en medio de cajas y quilombo, puedo decir que tomé la decisión correcta.
Es por eso que ahora quiero contarles mi experiencia y darles algunos consejos que creo serán útiles para todas las personas que quieran dar ese paso por primera vez en la vida.
LA DECISIÓN
Quizás es porque la casa donde vivís ahora te queda lejos de tu trabajo/lugar de estudio, o porque necesitas más tiempo para estar solx, o porque tu familia (o las personas con quienes vivas) intervienen demasiado en tus cosas al punto que sea molesto. Cualquiera sea el motivo, te metió en la cabeza la idea de tu propio espacio, y ya no va a ser fácil sacarla.
Una vez que hayas aclarado todas las cuestiones que implica la mudanza, principalmente en lo económico, y que tengas toda la seguridad de que realmente querés hacerlom es hora de fijar algunos objetivos para que el proceso no se te haga muy pesado.
Muchas personas tienen la suerte de tener un conocido, familiar o amigo que les puede prestar una casa o departamento, donde pueden empezar a experimentar la vida por su cuenta. Para el resto de nosotros, quienes tenemos que buscar un lugar para alquilar, es un poco más complicado.
Al buscar una propiedad yo tuve en cuenta tres cosas: el precio, el espacio y la zona donde se encuentra.
Si te mudás sin un compañero de cuarto, tené muy en cuenta tus posibilidades a la hora de elegir un alquiler. Viviendo solx tendrás que pagar no sólo eso, sino también las expensas, los servicios y los gastos del día a día como comida, insumos de limpieza, etc. No elijas un alquiler que te vaya a dejar ajustadx todos los meses, elegí uno que te deje un margen de dinero para gastar en entretenimiento y ocio.
Con respecto al espacio, depende del uso que le vayas a dar. Si sólo necesitás un lugar donde dormir, comer e ir al baño, quizás con un monoambiente te basta. Si querés convertir tu departamento en un espacio de trabajo/estudio, te conviene un lugar más amplio, con espacio para un escritorio donde puedas trabajar. Un departamento con dos habitaciones es ideal para esto, pero puede ser mucho más caro de lo que muchos trabajadores pueden permitirse. Si lo que querés es un lugar de reunión donde poder invitar a tus amigxs a comer y charlar, un departamento con un ambiente grande donde puedas poner una mesa de comedor y un sillón va a ser la opción perfecta.
La zona va a depender mucho de tu movilidad. En mi caso, decidí mudarme al centro de la ciudad para dejar de perder dos horas al día en colectivos. Ahora, en sólo 15 minutos a pie llego a mi trabajo, tengo un montón de negocios cerca y mis amigos ya no se quejan cuando tienen que ir a visitarme, porque estoy cerca de todos. Camino mucho más y hago muchas más actividades que antes.
Claro que es diferente si tenés vehículo propio, en ese caso tenés mucha más libertad a la hora de elegir un barrio. Siempre buscá uno donde te vayas a sentir cómodx, donde creas que vas a poder aprovechar tu tiempo al cien por ciento y donde no te vayas a limitar por falta de movilidad.
Cuando te mudás, generalmente necesitás comprar muebles, electrodomésticos y cosas de bazar básicas para equipar tu nuevo hogar. Mi consejo acá es que hagas dos cosas:
Primero, que ahorres en todo lo que puedas. Gracias a internet hay un montón de tiendas online y formas de comprar cosas usadas en muy buen estado. Ya sea por Mercado Libre, el Marketplace de Facebook u otros portales, hay un mercado enorme de objetos usados (y nuevos también) en todos lados; simplemente hay que sentarse en la compu y buscar.
Priorizá las cosas que son ultra necesarias y que no podés llevar de tu casa actual: quizás la heladera y la cama sean las primeras elecciones. De todas formas, seguramente vas a recibir algunas cosas como regalos de parte de tu familia y amigos. Ya vas a ver como de a poco te vas acomodando y consiguiendo todo lo que necesitás.
Cuando la fecha se esté acercando, hacé una limpieza completa de tu habitación y buscá en cada rincón cosas que vayas a necesitar llevarte. Mi consejo es que, por lo menos una semana antes del día de irte, empieces a preparar bolsos y cajas. Guardá primero la ropa que no estés usando en esta estación y dejá sólo la que vayas a usar en esos días, meté en cajas todo lo que no sea sí o sí necesario en tu día a día (por ejemplo, yo desarmé primero mi biblioteca y guardé todos mis libros y discos). De a poco te vas a ir acordando de cosas que querés llevarte, incluso cuando ya te hayas mudado te vas a dar cuenta de que te olvidaste de alguna cosita. La clave es que dejes la mínima cantidad posible de cosas por guardar para que el día que tengas que mudarte no te quede tanto por hacer y lo puedas hacer con más tranquilidad.
Una vez que ya hayas hecho todos estos pasos, ya está. Sólo te quedará acostumbrarte a tu nueva vida y lugar.
Yo, por mi parte, estoy muy contenta con mi nuevo hogar. Tengo cerca un montón de tiendas, bares y espacios culturales, mis amigues ya no se quejan de tener que visitarme porque vivo lejos, mi trabajo está cerca, ya casi no tomo colectivos... Heaven.
Obvio que costó despegarme de la que fue mi habitación durante 23 años ¡! y en la cual pasé un montón de cosas. Juntadas con amigas, llantos adolescentes, discos escuchados por primera vez...
Siempre intenté personalizar partes de mi habitación para que mostraran algunas de las cosas que me gustan.
A la izquierda mi puerta, llena de frases de canciones de mis bandas favoritas, referencias a películas que me gustaban y detalles. A la derecha, mi ropero y una frase de una canción de All Time Low. Estas eran las cosas que me gustaba hacer cuando estaba en casa aburrida.
Es raro ¡rarísimo! ver tu habitación casi completamente vacía. O quizás lo es para mí porque es la primera vez que me mudo, no sé. Pero fue como un capítulo cerrado y dando inicio a otro igual de interesante, así que no me quejo.
EL LUGAR
Muchas personas tienen la suerte de tener un conocido, familiar o amigo que les puede prestar una casa o departamento, donde pueden empezar a experimentar la vida por su cuenta. Para el resto de nosotros, quienes tenemos que buscar un lugar para alquilar, es un poco más complicado.
Al buscar una propiedad yo tuve en cuenta tres cosas: el precio, el espacio y la zona donde se encuentra.
Si te mudás sin un compañero de cuarto, tené muy en cuenta tus posibilidades a la hora de elegir un alquiler. Viviendo solx tendrás que pagar no sólo eso, sino también las expensas, los servicios y los gastos del día a día como comida, insumos de limpieza, etc. No elijas un alquiler que te vaya a dejar ajustadx todos los meses, elegí uno que te deje un margen de dinero para gastar en entretenimiento y ocio.
Con respecto al espacio, depende del uso que le vayas a dar. Si sólo necesitás un lugar donde dormir, comer e ir al baño, quizás con un monoambiente te basta. Si querés convertir tu departamento en un espacio de trabajo/estudio, te conviene un lugar más amplio, con espacio para un escritorio donde puedas trabajar. Un departamento con dos habitaciones es ideal para esto, pero puede ser mucho más caro de lo que muchos trabajadores pueden permitirse. Si lo que querés es un lugar de reunión donde poder invitar a tus amigxs a comer y charlar, un departamento con un ambiente grande donde puedas poner una mesa de comedor y un sillón va a ser la opción perfecta.
La zona va a depender mucho de tu movilidad. En mi caso, decidí mudarme al centro de la ciudad para dejar de perder dos horas al día en colectivos. Ahora, en sólo 15 minutos a pie llego a mi trabajo, tengo un montón de negocios cerca y mis amigos ya no se quejan cuando tienen que ir a visitarme, porque estoy cerca de todos. Camino mucho más y hago muchas más actividades que antes.
Claro que es diferente si tenés vehículo propio, en ese caso tenés mucha más libertad a la hora de elegir un barrio. Siempre buscá uno donde te vayas a sentir cómodx, donde creas que vas a poder aprovechar tu tiempo al cien por ciento y donde no te vayas a limitar por falta de movilidad.
LAS PRIMERAS COMPRAS
Cuando te mudás, generalmente necesitás comprar muebles, electrodomésticos y cosas de bazar básicas para equipar tu nuevo hogar. Mi consejo acá es que hagas dos cosas:
Primero, que ahorres en todo lo que puedas. Gracias a internet hay un montón de tiendas online y formas de comprar cosas usadas en muy buen estado. Ya sea por Mercado Libre, el Marketplace de Facebook u otros portales, hay un mercado enorme de objetos usados (y nuevos también) en todos lados; simplemente hay que sentarse en la compu y buscar.
Priorizá las cosas que son ultra necesarias y que no podés llevar de tu casa actual: quizás la heladera y la cama sean las primeras elecciones. De todas formas, seguramente vas a recibir algunas cosas como regalos de parte de tu familia y amigos. Ya vas a ver como de a poco te vas acomodando y consiguiendo todo lo que necesitás.
HORA DE MUDARSE
Cuando la fecha se esté acercando, hacé una limpieza completa de tu habitación y buscá en cada rincón cosas que vayas a necesitar llevarte. Mi consejo es que, por lo menos una semana antes del día de irte, empieces a preparar bolsos y cajas. Guardá primero la ropa que no estés usando en esta estación y dejá sólo la que vayas a usar en esos días, meté en cajas todo lo que no sea sí o sí necesario en tu día a día (por ejemplo, yo desarmé primero mi biblioteca y guardé todos mis libros y discos). De a poco te vas a ir acordando de cosas que querés llevarte, incluso cuando ya te hayas mudado te vas a dar cuenta de que te olvidaste de alguna cosita. La clave es que dejes la mínima cantidad posible de cosas por guardar para que el día que tengas que mudarte no te quede tanto por hacer y lo puedas hacer con más tranquilidad.
Una vez que ya hayas hecho todos estos pasos, ya está. Sólo te quedará acostumbrarte a tu nueva vida y lugar.

Obvio que costó despegarme de la que fue mi habitación durante 23 años ¡! y en la cual pasé un montón de cosas. Juntadas con amigas, llantos adolescentes, discos escuchados por primera vez...
Siempre intenté personalizar partes de mi habitación para que mostraran algunas de las cosas que me gustan.

Es raro ¡rarísimo! ver tu habitación casi completamente vacía. O quizás lo es para mí porque es la primera vez que me mudo, no sé. Pero fue como un capítulo cerrado y dando inicio a otro igual de interesante, así que no me quejo.
Así que ya sabés, si estás pensando en mudarte...
¡Dale para adelante!
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