HOLIS.
Hoy vengo a hablar de algo sobre lo que hace mucho tiempo quería escribir un post pero era de esas cosas que siempre dejo para después.
Cuando empecé a trabajar, hace más de 4 años atrás, decidí que empezaría a definir mejor mi estilo y la ropa que usaría. Antes de eso siempre iba a comprar ropa acompañada de mi mamá, y nuestros gustos no son particularmente parecidos. A ella le gustaba más una onda girly, con prendas delicadas, femeninas y estampadas de flores. Not my style, really.
La ropa que uso depende de mi estado de ánimo, mis planes para el día y mis ganas de armar un outfit. Hay veces en las que agarro una remera y un jean cualquiera y salgo, hay otras en las que estoy una hora decidiendo qué ponerme y sacando fotos. Creo que nos pasa a todxs.
Pero hay prendas que atesoro en lo más profundo de mi corazón porque fueron de esas que te probás y decís "me la llevo sí o sí". No ese top que te compraste a último minuto para salir porque "no tenías qué ponerte"; sino esa prenda que buscaste, te llamó desde el perchero, te la mediste y decidiste que no querías irte sin ella.
Antes me pasaba que compraba ropa con la cual no estaba conforme porque iba con mi vieja al centro y tenía que llevarme algo, sino el viaje hubiera sido al vicio. Ahora, sólo me compro algo si estoy 100% satisfecha y muero de ganas de usarlo (siempre me imagino el outfit terminado en mi cabeza, sin falta).
Además, me pasa ahora que soy más consciente de la ropa que compro: si bien tiendas como Kika (en Córdoba), que producen montones y montones de ropa en andá a saber qué condiciones y de calidad baja, me han salvado las papas con alguna prenda que necesitaba rápido, en estos años conocí tiendas que apuestan al diseño nacional e independiente, distribuyendo marcas que de otra forma sólo podría comprar online; marcas nacidas en distintas partes del país y llevadas adelante por personas apasionadas en lo que hacen.
Por eso vengo a mostrarles algunas marcas argentinas que laburan sin explotación, independientemente y con la mejor calidad en las que vale la pena gastar un poco más, pero asegurándote de que la prenda va a durar un montón de tiempo en buenas condiciones.
Empecemos.