1.30.2019

UNA SEMANA EN EL CALAFATE


¡¡Estoy de vuelta!!

Bueno, en realidad volví hace una semana, pero estuve muy ocupada poniéndome al día con la rutina otra vez. 😔
Anduve muy, muuuy lejos de mi casa. A 3000 kilómetros de Córdoba, para ser exactos.
Fui con mi novio a conocer lo (casi) más austral de mi país: El Calafate, Santa Cruz.
Una semana fue suficiente para que nos enamoremos de todo lo que vimos. Los paisajes, el pueblo, las comidas, la gente... Todo fue increíble, desde el primer día hasta el último.
Fui preparada: compré una cámara réflex justo antes de viajar, una Nikon D3100, para poder documentar el viaje como se debe. En otro post voy a hablar sobre ella y sobre la otra cámara que me acompañó.
Sin más cháchara (?), paso a contarles en detalle cómo fue cada uno de nuestros días en la Patagonia Argentina. 💙


Recuerden hacer click en las fotos para verlas en tamaño grande

MI PRIMER VIAJE EN AVIÓN



No duró mucho, sólo 3 horas (lo mismo que demoro en llegar en auto a Traslasierra, lugar donde vacacioné toda mi vida) y fue bastante... Interesante.
La sensación que te provoca al despegar, como si te marearas, es flasherísima. El vuelo fue tranquilo, sólo tuvimos una pequeña turbulencia que me recordó a los colectivos por las calles de la ciudad, así que nada muy sorprendente.

Lo primero que vimos al llegar. ↓ 

El lugar donde nos hospedamos se llama Jardín de los presentes y es un apart hotel. En realidad, nosotros nos quedamos dentro del complejo, pero no en una habitación del hotel sino en un pequeño monoambiente separado del edificio principal. Lo encontramos vía AirBNB. 

Si bien el monoambiente era pequeño y no tenía muchas comodidades, lo hicimos nuestro hogar por los próximos días.



                  


El Calafate me sorprendió por la cantidad enorme de casas bonitas que vi en las zonas más residenciales. Casas de todos colores y tamaños, algunas más bien cabañas, decoran el pueblo.




Llegamos al departamento aproximadamente a las 16 horas y nos dedicamos a acomodar nuestra ropa y nuestras cosas. Esa noche salimos a cenar y disfrutamos un fondue de queso para dos EXQUISITO en un lugar llamado El pago de los glaciares. Nos fuimos a dormir tempranito para amanecer con toda la energía en nuestra primera mañana en El Calafate.


DÍA 1

Hoy nos dedicamos a los museos, ya que no llegamos a reservar ninguna excursión.
El primero al que fuimos estaba apenas a unos metros de nuestro hospedaje. Se trata del Centro de interpretación histórica: un recorrido por la historia de El Calafate desde muchos años antes de la llegada del ser humano. Los dinosaurios que habitaron ahí, los ecosistemas, los animales que acompañaron a los primeros nativos, la invasión y colonización europea; siglos de historia que no nos enseñan en la escuela, y que vale la pena aprender cuando estás conociendo una tierra tan lejana a la propia.
Algunas de las muestras eran desgarradoras: historias sobre cómo los europeos robaban niñas tehuelches para abusar de ellas con total impunidad, líderes nativos que fueron secuestrados y encerrados para experimentar con ellos y, posteriormente, asesinarlos. Lo que leí me abrió muchísimo los ojos al sufrimiento de un pueblo que fue saqueado y desplazado de su propio hogar.



Por la tarde fuimos a otro museo totalmente diferente: Glaciarium, o Centro de interpretación de glaciares, se encuentra más alejado del centro de El Calafate, pero vehículos salen desde ahí para transportar a los turistas gratis cada media hora.
En Glaciarium aprendimos todo lo que hay que saber sobre los gigantes de hielo: cómo se formaron y por qué, desde qué época existen, cómo sigue su funcionamiento, cómo ayudan a mantener la temperatura global, qué clase de formaciones hay en su interior y alrededores... Muchísima información que guardamos en nuestra cabeza para que, al momento de conocer finalmente a los glaciares, les prestáramos más atención.
Dentro del Glaciarium hay un bar de hielo en el que pasamos media hora, tomamos fernet (más cordobeses, imposible) directo de vasos hechos totalmente de hielo y nos sacamos algunas fotos.
Las ventanas del museo dan a un hermoso paisaje de montañas, estepa patagónica y el hermoso Lago Argentino.


Por la noche salimos a comer otra vez, unas ricas pastas y a dormir.


DÍA 2

Reservamos nuestra primera excursión: Safari experience.
Nos pasaron a buscar por nuestro hotel a la mañana. El conductor del 4x4 y guía de la excursión, Paul, nos preguntó si hablábamos inglés. Nosotros, haciéndonos los bilingües, le dijimos que sí y subimos al vehículo donde ya esperaban una pareja de italianos y otra de canadienses.
Hicimos un recorrido en subida por uno de los cerros cercanos al pueblo y allá pudimos ver plantas típicas de la zona y animales como vacas, caballos, guanacos y liebres. Tuvimos muuucha suerte de cruzarnos también con un cóndor y un zorro gris, que son muy difíciles de ver!!
Llegamos a un punto alto del cerro donde vimos una tumba antigua de un nativo realizada con piedras.
Luego almorzamos en una casa de estancia muy linda y acogedora, donde empezamos con pan y queso, cazuelita de cordero y, de postre, mousse de chocolate. En una mesa donde había muchísimas nacionalidades: italianos, brasileros, canadienses, mejicanos, argentinos. Todos charlando y compartiendo un almuerzo. Fue una hermosa experiencia.

 


DÍA 3

Reservamos la excursión de tirolesa en el Cerro Frías. Ya habíamos hecho esa actividad juntos en Peñón del Águila, en La Cumbrecita, Córdoba. Esta vez, era una tirolesa de 5 partes de 250 metros de largo cada una, en cerros con vientos increíblemente fuertes y mucho frío. Nos cruzamos nuevamente a Elena, una chica mejicana que había estado con nosotros en el safari del día anterior. Los instructores de Cerro Frías eran muy piolas e hicieron que la actividad sea divertida y relajada.
Cuando llegamos a la última tirolesa, bajamos hasta la recepción, donde nos prepararon chocolate caliente y un riquísimo bizcochuelo. Leímos un libro llamado "Che, boludo" que les enseña a los extranjeros frases típicas de nuestro país, y nos reímos un rato de eso.
Volvimos por la tarde al departamento, muy contentos con la experiencia!

 
   

DÍA 4

Y llegó nomás el día de conocer al protagonista de El Calafate: el glaciar Perito Moreno.
Nuestro día arrancó bien temprano, con un colectivo buscándonos a las 7:30 am. Disfrutamos de la vista mientras viajábamos hacia el Parque Nacional los Glaciares, durante una hora y un poco más.
Pudimos ver al Perito desde la ventana unos cuantos kilómetros antes de llegar, y yo empecé a emocionarme.
Nos dejaron pasear por una hora por las pasarelas del parque y ver el glaciar desde cerca antes de partir para realizar la excursión mini trekking.
Fuimos hasta un puerto donde cruzamos un brazo del Lago Argentino, para llegar a la tierra que se une con una de las paredes del glaciar. Allí nos explicaron la excursión y nos prepararon para caminar sobre el hielo.
Pasamos un rato sobre el Perito Moreno, avistando grietas, pozos y pequeñas corrientes de agua, y la hermosa vista del hielo contra el cielo nublado. La verdad, una experiencia increíble que no se compara con nada!! La tarde finalizó tomando un vasito de agua con hielo glacial (o un vaso de whisky, para quienes se animaron).

     


DÍA 5

Hoy no teníamos ninguna excursión programada, así que nos quedamos en el departamento hasta tarde y almorzamos ahí. Paseamos un poco por el pueblo, compramos algunos regalos para llevar a casa, y reservamos un tour para el día siguiente, nuestro último día de vacaciones.
Antes de cenar pasamos por El museo del juguete, un lugar donde vimos cosas que datan de los años 30 en adelante, desde juguetes hasta pósters de productos de la época.
Por la noche salimos a comer a un restaurante llamado Pura Vida, que estaba decorado con muchos colores y adornos, y me encantó. Comí unos riquísimos canelones y me fui a dormir temprano para ir al día siguiente a navegar..


     
  

DÍA 6

Decidimos hacer la excursión Ríos de hielo, que nos llevó por el Lago Argentino para ver el glaciar Upsala y el Spegazzini. Nos buscaron temprano por la mañana, nos llevaron al parque nacional, y allí subimos a un catamarán donde comenzó la navegación.
Vimos, a lo lejos, los Andes con nieve en sus cimas, cerros que rodean el lago, témpanos de hielo que pasaban por nuestro costado, glaciares colgantes... La verdad, vistas muy hermosas. Vimos desde lejos el glaciar Upsala, al cual no es posible acercarse a más de 14 km. de distancia por la gran actividad que tiene. Luego vimos el glaciar Spegazzini más de cerca, que realmente nos impresionó por sus dimensiones: es el glaciar más alto del parque, con un frente de 125 metros.
Nos alegramos de haber hecho esa excursión, ya que la planeamos con sólo un día de anticipación, y nos sorprendió para bien. Las vistas que tuvimos ese día fueron realmente inolvidables!
Volvimos a El Calafate, pasamos la tarde ordenando nuestras valijas, y por la noche salimos a cenar al mismo restaurante a donde habíamos comido la primera noche. Perfecto para cerrar nuestras vacaciones con broche de oro.


 

 A la mañana siguiente dejamos nuestro alojamiento, sin ganas de volver a Córdoba pero muy contentos de haber pasado unas vacaciones tan hermosas, y llenos de recuerdos e historias para compartir con nuestras familias y amigos.

Pronto voy a estar haciendo un vlog del viaje, con clips que grabé durante todas las vacaciones. Apenas esté listo irá derechito a YouTube ♥

Si les gustó mi crónica y quieren viajar a El Calafate, no tengan miedo en comentar o hablarme por alguna de mis redes sociales para hacerme consultas sobre mi viaje!! Es realmente un hermoso destino que todos deberían disfrutar al menos una vez en la vida.
Ojalá pueda hacer otro post sobre viajes no dentro de mucho!! 

❄️ Saludos glaciales ❄️


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